Más vale prevenir: Aprende sobre los envases plásticos
Ante el debate científico sobre el
daño que producen diferentes sustancias químicas que contienen los envases
plásticos en los sistemas endocrinos surge la necesidad de que cada consumidor
sepa qué características tiene el producto de material plástico que lleva a su
hogar como medida básica, mientras los organismos internacionales aceptan o
rechazan lo que miles de científicos de distintas nacionalidades anuncian hace
décadas.
En el siglo XX apareció el plástico
como material para envases, una resina sintética que simulaba la resina vegetal
de muy bajo costo en comparación a otros envases. Aunque cabe destacar que la palabra plástico se refiere al estado que
alcanzan algunos materiales cuando un elemento en estado sólido se transforma a
un estado plástico casi siempre por calentamiento. Por lo mismo, los primeros
plásticos se fabricaban con resinas naturales como la cáscara de avena o el
almidón de algodón, pero luego surgieron las resinas sintéticas y hoy en día la
mayoría de los plásticos se fabrican con derivados del petróleo a los que se
les agregan aditivos químicos para entregar una determinada propiedad como flexibilidad o mayor
resistencia. Dentro de la variedad de resinas sintéticas se encuentran el
Polietileno (PE) junto a sus variantes (PET, PEAD, PEBD), el Poliestireno (PS),
Polipropileno(PP) y el Cloruro de polivinilo(PVC).
La clasificación de los
componentes químicos está marcada bajo el envase, con un número en medio del
signo del reciclaje (triángulo Möbius) .Cada número determina las
características particulares del tipo de plástico y corresponde a la
clasificación del sistema de identificación americano SPI (Society of Plastics
Industry).
El número 1 es PET (Polietileno
Tereftalato) que marca botellas de agua y gaseosas. Está comprobado que desprende antimonio en
bajas dosis sin ser dañino para la salud, pero si el envase está sometido a
altas temperaturas la migración de antimonio hacia el líquido aumenta. Es reciclable,
pero no reutilizable como conservador de alimentos.
El número 2 es PEAD (Polietileno
de Alta Densidad). Es el mejor y más seguro de todos los plásticos y
aconsejable para reutilizar.
El número 3 es V o PVC (Vinílicos
o Policloruro de vinilo). Uno de los
plásticos más controvertidos pero que aún sigue siendo muy utilizado. Al ser
más blando que los otros, está hecho con sustancias como el ftalatos, que los
científicos consideran peligroso para los organismos y para el medio ambiente.
El número 4 PEBD (Polietileno de
baja densidad). Es flexible y es un tipo de plástico que tiene características
similares al PVC, pero sin contener las sustancias químicas que producen dudas
con respecto al posible daño que pueden ocasionar en el ser vivo.
El número 5 PP (Polipropileno). Es uno de los
plásticos cuyo uso aumenta día a día. Puede soportar altas temperaturas y no ha
generado susceptibilidades con respecto a su uso.
El número 6 PS (Poliestireno). Es
un tipo de plástico que es tóxico durante su fabricación, pero que está
permitido mientras no se exponga a altas temperaturas, aunque hay científicos
que dudan sobre su inocuidad. También puede ser reciclado.
El número 7. Otras sustancias. Este
tipo de plástico se debe evitar, debido a que sus compuestos no están
clasificados y se presume que contiene bisfenol-A , un disruptor endocrino que
afecta los sistemas hormonales causando severos daños en los sistemas
reproductivos y elevando el riesgo de cáncer en ellos.
Después de varias
investigaciones, lo que se aconseja es que los materiales plásticos rotulados
con los números 1, 2 ,4 y 5 son los más seguros y aconsejables de usar,
mientras que los números 3, 6 y 7 se deben evitar, porque muchos estudios
aseveran que existe una migración de compuestos químicos del envase hacia los
alimentos y de esta forma entran al organismo humano.
Asimismo, si hay una letra “R”
adicional significa que ha sido producido con materiales reciclados y si
aparecen las letras “ABS” expone que ha sido hecho con un material muy duro.
Todos los envases deben ir
rotulados, pero muchos no tienen ningún informe de sus componentes y eso es un
problema que debe identificar cada
persona y evitar su uso. Cada
familia debe saber qué significan los números marcados en los envases plásticos
y evitar aquellos que no traen ninguna referencia.
Los envases de distintos líquidos y sólidos están hecho
con las diferentes sustancias químicas y se espera que se utilice para algunos
tipos de alimentos determinados, pero nombrar cada uno de ellos sería algo
irresponsable, porque si se dice que el número 5 es para los yogur de los
niños, se ha visto que hay envases número 6 que contienen este alimento. Cada
persona debe ver el número bajo el pote y descubrir con qué tipo de plástico
está hecho el envase.
Los datos obtenidos en
laboratorios y los resultados de
exámenes aplicados a seres humanos, muestran que algunos de los compuestos de
los plásticos estarían actuando como estrógenos sintéticos que alterarían los
sistemas endocrinos del ser vivo, provocando no sólo un aumento en los casos de
cáncer testicular, de la mama y de tiroides, sino también una progresiva
feminización de las especies.
La Unión Europea y la FDA
(Administración de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos) el año 2010
prohibieron el uso del bisfenol-A en productos infantiles como biberones,
después de ser sospechoso de provocar daños en el ser humano desde el año 1930.
Muchos países de los cinco continentes se han sumado a esta iniciativa, aunque
siempre está la pregunta: ¿Por qué no se ha prohibido el compuesto para los
diferentes envases de alimentos a los que tienen acceso mujeres embarazadas y
todos los seres humanos? La respuesta no se deja esperar. El bisfenol-A en
bajas dosis no produce daño a los adultos y se elimina por la orina. Sin
embargo, los experimentos están demostrando lo contrario, que el organismo
retiene residuos de estas sustancias y
actualmente, además se está tomando la variable de la suma de compuestos
químicos peligrosos a los que está expuesto el ser humano y siempre el resultado
entregará dosis más altas que sí influyen en la salud.
Los gobiernos deben garantizar la
protección de su población con una estricta legislación sobre el etiquetado de
los envases, donde estas rotulaciones estén claras y muy visibles. No obstante, no en todos los envases
es simple ver estos números, en especial para las personas con problemas a la
vista o para los adultos mayores y eso es un tema que está pendiente de
solucionar.
Sopas de
plástico: Se muere el océano
“El océano permite la vida en el planeta y si se muere, nos vamos con él”
En 1997 Charles Moore, un oceanógrafo estadounidense
descubrió un enorme vertedero en medio
del océano, mientras navegaba desde Los Angeles a Hawai pasando por el vórtice
del Pacífico Norte. Se piensa que este basural está constituido por 6 millones
de toneladas de desechos que flotan en la superficie y otros desperdicios que
se hallan hasta los 30 metros de profundidad. El año 2005 el PNUMA (Programa de
Naciones Unidas para el Medio Ambiente) informó que por cada Km2 se encontraron
cerca de 13.000 partículas plásticas en la superficie y en el fondo marino. Sin
embargo es difícil saber las cantidades de residuos con exactitud, pero se conoce
que su origen proviene de fuentes terrestres como vertederos, transportes,
vertidos sin tratar de aguas residuales y
basura de las playas que llegan al mar por las mareas.
Hay variados objetos como envases plásticos de
uso generalizado, pero lo que más notó Moore fueron grandes cantidades de
trozos pequeños de plástico y por ello la bautizó como Sopa de Plástico. Su
extensión se acerca a 1.400.000 km2.
El año 2010 hubo otro alarmante descubrimiento
en otro giro oceánico, la Mancha de Basura del Atlántico. Había surgido otra
sopa de plástico. La mayoría de los desechos fueron encontrados en la latitud
entre Virginia y Cuba. Esta vez de menor extensión que la del Pacífico, pero de
aproximadamente el doble del tamaño del estado de Texas.
La verdad es que no es correcto llamar a estas
zonas donde se converge la basura marina como islas, manchas o parches, porque
no se pueden observar a simple vista, debido a que las partículas son demasiado
pequeñas y se forman en los giros oceánicos que son los medios circulares
rotativos causados por las corrientes marinas. No obstante, es en el Pacífico
Norte que es un giro subtropical, donde más desechos se concentran.
Las corrientes marinas crean esta zona de
convergencia de aguas en el Pacífico donde se reúnen los desechos que provienen
de Estados Unidos y Asia. Se calcula que el 80% de los desechos proviene de los vertidos desde la tierra y un
20% de las actividades marinas y pesqueras.
Se estima que esta acumulación de basura en el
mar comenzó a formarse en la década de los 50’, precisamente cuando se vivía el
mejor momento de la era del plástico. A mediados del siglo XIX el ser humano
descubrió el celuloide, el primer plástico
para la fabricación de las bolas de billar para evitar el uso del marfil
con el que se hacían en esa época. En los últimos años, el uso del plástico se
ha incrementado por su variedad de usos y todas las materias primas que se usan
para fabricarlo, ya sea petróleo, madera, carbón, algodón o gas natural
contienen carbono e hidrógeno, y a veces nitrógeno, azufre, cloro y oxígeno.
Por lo mismo, el problema se originó cuando los
objetos hechos de estos materiales fueron derivados a los vertederos y llegaron
al mar, produciendo daños irreparables, ya que sus partículas son consumidas
por las especies marinas entrando a la cadena alimenticia y llegando directo al
ser humano.
Las primeras víctimas de la presencia del
plástico en las aguas son los animales marinos como se ha visto, porque se
asfixian con las bolsas plásticas, se ahorcan con las redes pesqueras olvidadas
y con los envases. Otros mueren por su ingesta, además de transmitir toxinas al
ser humano que pueden ocasionar perjuicios endocrinos, mutaciones y
enfermedades como el cáncer. Las bolitas de plástico conocidas como pellets que
llegan al mar son imanes para las sustancias químicas como el DDT (Dicloro
Difenil Tricloroetano) que se encuentra en pesticidas y plaguicidas y los PCB (Bifenilos Policlorados formados
por carbón, cloro e hidrógeno), convirtiéndose en pastillas de veneno para los
animales marinos. En California, Estados Unidos, es muy habitual encontrar
tortugas, leones marinos y focas muertas por ingesta de plásticos, aunque en la
actualidad aparecen en muchos lugares del mundo. Se estima que al año mueren 100.000 mamíferos
y 1 millón de aves por esta causa.
Antiguamente se pensó que el plástico tardaba
de 500 a 1.000 años en descomponerse, pero las últimas investigaciones han
informado que algunos tipos de plástico comienzan a desintegrarse en el océano
en el período de un año, liberando potencialmente el tóxico bisfenol A y otros
productos químicos en el agua.
Existen muchas organizaciones que se preocupan
y ocupan de los plásticos en el océano como la Fundación Algalita que realiza
estudios oceánicos desde 1997 y se relaciona con otras organizaciones
internacionales que investigan las distribuciones de microplásticos y la
recogida de desechos en los giros oceánicos, mientras que el Ocean Conservancy está a cargo de la limpieza internacional de
las costas, donde cada país indica la cantidad y tipo de desechos que
recogieron en sus playas. Pero hay muchas instituciones como ONGs, fundaciones,
asociaciones, grupos y personas
particulares preocupadas por la contaminación marina y el resultado no varía.
Sigue aumentando la cantidad de desechos en el océano y últimamente la
comunidad científica de Australia ha anunciado que estas sopas de plástico
seguirán aumentando por 500 años debido a que aún hay toneladas de basura que
están flotando en diferentes lugares y van rumbo hacia los vórtices.
Por lo que se observa, las futuras generaciones
sufrirán las consecuencias sino dejamos la indiferencia a un lado y nos
ocupamos cada uno de reducir y reciclar los desechos de cada hogar. Es una
tarea de cada ser humano, sin fronteras.
Fuente:
Libro: ”¡Alerta! El Océano y la Contaminación Marina”
interesante articulo .. se agradece la preocupación por temas tan importantes como la contaminación
ResponderEliminarjbv
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