Escribir es para mí un sinónimo maravilloso de Vida. He escrito en mi mente cuando aún no tomaba un lápiz para luego hacerlo parte de mi existencia a través de diarios de vida, cuadernos y servilletas que plasmaban cada uno de mis instantes. Si de pequeña la escritura fue el mejor de los juegos, de adolescente se volvió una necesidad y de mujer, simplemente ha sido parte de mi vida.
Estudié Filología Hispánica y luego Periodimo, lo que significó que el oficio nacido del alma fuera conociendo reglas gramaticales, métricas, pirámides invertidas, etc...
Aunque prefiero la libertad plena del arte de la escritura, existen instancias en que las reglas me han permitido dar más ritmo a poemas como canciones y rondas infantiles y en otros me han permitido realizar décimas, ovillejos y sonetos. Hay un encanto en la poesía de verso libre y también en la poesía clásica.
En cuanto a los otros géneros como el cuento y la novela, el orden y el desorden de las recomendaciones para realizarlos son un complemento al ingenio del escritor. En ambos casos la creación puede ser un éxito.
Desde el año 2003 empecé a concursar en diversos certámenes literarios tanto en poesía como en cuento. Al obtener el premio nº 50 decidí publicar mis propios libros, porque cerca de 50 obras estaban distribuidas en diversas antologías internacionales.
Mi escritura va más allá de los límites de un género, escribo en prosa y poesía, para niños y para adultos, y realizo investigaciones sobre temas contingentes que se transforman en manuales y ensayos.
